Ya hemos hablado de las implicancias de un descanso pobre y de la higiene del sueño. Hoy te dejamos algunos consejos más profundos para ganarle la batalla al insomnio de nuestros adolescentes.
Conocida como la falta de sueño a la hora de dormir, pueden manifestarse de diferentes maneras y por diversas causas. Tengamos en cuenta que el insomnio puede no tener que ver con “acostarse tarde”.
Un joven puede acostarse tarde, tener sueño y así todo no poder conciliar. Puede despertarse numerosas veces durante la noche o incluso mucho antes de los deseado, y en estos casos (si es que se prolongan en el tiempo) también estaríamos hablando de insomnio. Sin importar sus orígenes o formas: la privación del sueño es un asunto a tener en cuenta.
Las causas del insomnio
Es sabido que una de las principales causas del insomnio tienen que ver con una higiene de sueño inadecuada. En el caso de los jóvenes, el consumo de cafeína, bebidas energéticas, la desorganización de horarios, el estrés familiar, la mala alimentación, son factores que afectan negativamente al sueño del adolescente.
La importancia del sueño en los adolescentes ya ha sido desarrollada. Entendemos sus implicancias, riesgos y complicaciones. Ahora ¿Cómo lo solucionamos? ¿Qué podemos hacer para que nuestros jóvenes puedan descansar mejor?
- Rutina de sueño. los hábitos sanos para la rutina de sueño resultan fundamentales. Horarios regulares para acostarse y despertar, el ambiente propicio para el descanso, evitar pantallas, hacer ejercicio, cuidar que se come y tomar antes de dormir, son solo algunos consejos prácticos para sumar a la higiene de sueño.
- Relajantes naturales. Algunos tratamientos medicinales naturales pueden ser beneficiosos, siempre consultando con un profesional. La manzanilla, el sauco, la melisa, la lavanda, la pasiflora, la valeriana, la amapola: son algunas de las plantas medicinales que pueden ayudar a la lucha contra el insomnio, de forma natural.
- Consulta con un profesional. Las intervenciones educativas sobre la higiene del sueño tienen efectos positivos sobre los adolescentes. Enseñemos la importancia de dormir bien con hábitos saludables familiares y con explicaciones adecuadas.
- Busca intervención psicológica. Estas pueden resultar muy beneficiosas para abordar asuntos que provocan estrés o ansiedad y pueden privar del sueño. Terapias como el control de estímulos, la reestructuración de pensamiento, manejo de ansiedad o tratamientos conductuales pueden ser de mucha utilidad para abordar el insomnio.
- Pregunta al pediatra. Un buen médico de cabecera es una importante incorporación para el bienestar de nuestros adolescentes.
¿Cuándo es momento de tomar otras medidas?
Cuando el insomnio dificulta o impide el desempeño diario y diurno, una consulta con el médico puede ser el mejor camino. Existen centros específicos para investigar y tratar trastornos del sueño. Algunos estudios quizás puedan esclarecer las causas y proponer tratamientos o técnicas especiales necesarios para poder dormir mejor.
Muchos de estos no resultan para nada invasivos y pueden traer luz sobre el asunto. Quizás estas medidas médicas pueden incluso descubrir algún otro problema físico que tenga al insomnio como síntoma. Es importante tener a mano, si es posible, información sobre la salud propia y de miembros familiares directos para saber si existe algún antecedente familiar de insomnio o trastornos de sueño.
De ser necesario, el médico podría necesitar hacer una derivación para encarar un tratamiento con algún tipo de medicación específica. No hay nada que temer. Mientras un profesional competente realice un seguimiento del tratamiento, el consumo de fármacos prescritos no deberían asustarnos.
También puede ocurrir que el médico “recete” alguna medicación de venta libre. Cual y como sea, mientras esté controlado por buenos especialistas y pediatras, podemos estar tranquilos de que la medida irá en pos una consumición mínima eficaz, y del bienestar y el incremento de la calidad de vida de nuestros hijos.
La realidad es que ya sea preventivamente o ya existiendo el insomnio como problema, la familia debe tomar medidas que pueden parecer exigentes en un principio. Aparte de una consulta médica en casos necesarios, reforzar los hábitos de higiene de sueño en casa puede resultar efectivo.
Quizás suene un poco fuerte restringir los horarios de sueño, de despertar, cuidar las comidas o privar de pantallas. Pero si entendemos las complicaciones que puede traer la falta de descanso, entendemos que tal de de forma temporal, estos cambios en el estilo de vida pueden llegar a ser necesarios.
No nos olvidemos de conversar con nuestros adolescentes. No obremos sin explicarles, guiarlos, afirmarlos y estar para ellos. Que ellos entiendan las implicaciones de la falta de sueño es vital en el proceso para vencer el insomnio y ganar calidad de vida.
Escribir comentario